He estado mucho tiempo sin escribir…
Al final no lo conseguiste, papi. Luchaste hasta el final, pero esta vez el maldito virus ha sido más fuerte. Luchador como has sido siempre, hasta en los peores momentos, siempre luchaste por todxs y por tu familia. Luchaste por mi madre cuando peor estaban las cosas. Y conseguiste salir del dolor en ese momento. Y seguiste luchando con fuerza… hasta ahora. El virus te ha llevado demasiado rápido, tanto que es imposible de asimilar. Y no podemos despedirte como hubiera sido posible en condiciones normales. Y no podemos estar contigo.
Gracias por todo, papá. Gracias por tu amor, por tu dedicación, por tu cariño, por tu fuerza para que todos saliéramos adelante, por tu sacrificio, junto a mamá, para que mi hermana y yo seamos las personas que somos y hayamos conseguido lo que hemos conseguido en la vida. Siempre te estaré agradecido. Y siempre recordaré tus comidas, tus tarteras de croquetas, de pisto, de lo que tuviste que aprender a cocinar. Siempre recordaré los viajes al pueblo. Siempre recordaré los fines de semana en mi casa. Siempre te recordaré. Y siempre te sentiré, estés donde estés. Ahora ya estás con ella, papá. Ahora ya estás con mamá, estéis donde estéis. Ahora ya puedes coger su mano para pasear como hacíais siempre. Aquí nos quedamos los demás. Aquí nos quedamos mi hermana y yo, con todo nuestro amor infinito por ti y por mamá. Es imposible, aunque quisiera, olvidarte y no añorarte porque nos has dado tanto amor y nos has inculcado tantos valores durante toda la vida que sería impensable no recordarte continuamente.
Y gracias a todo el personal sanitario del Hospital Infanta Leonor de Vallecas. A todo el personal sin excepción. Habéis hecho todo lo posible por sanar a mi padre, lo sé, no tengo dudas de ello. Habéis luchado también por salvar a mi padre hasta el final. Agradezco infinitivamente vuestra dedicación, vuestras atenciones, vuestro cuidado. Y, por supuesto, gracias a toda la sanidad pública española y, en especial, a la madrileña. Sois el orgullo de la ciudadanía. Y os seguiré aplaudiendo todos los días a las 8 de la tarde y, a pesar del dolor, seguiré manteniendo el confinamiento en casa. Por vosotras y vosotros que estáis trabajando por todos nosotros y nosotras.
Papá, te quiero. Te quiero con toda mi alma. Y siempre te querré. Y siempre te recordaré. Mi hermana y yo siempre te tendremos en nuestros pensamientos y en nuestros corazones. Ahora los tenemos rotos, pero cuando se recompongan un poco ya tendremos el hueco preparado para que siempre estés ahí. Al lado del hueco de mamá.
Hasta siempre, papá.