When I was young

Adelanto espectacular de su nuevo trabajo The Stars Are Indifferent to Astronomy, que se publicará en enero de 2012… Una muy, muy buena canción.

Para todos y todas en estas últimas horas del año 2011.

It’s amazing how much time love saves you at first
When you rediscover your reason to work
And your aimless dreaming has found a targeting
And normalize and greed a function return
Came on early, a quarter to two
I don’t need more wine, I’m coming for you

We carry pictures in our pretend wallet
Have ourselves and heavily-edited seventies
With better handwriting and longer days at the park
And dinners with no drama the professor and Marianne
Came home early, a quarter to two
I don’t need more wine, I’m coming for you

When I was young, I didn’t know if I was better off asleep or up
Now I’ve grown up, I wonder what was that world I was dreaming of
When I was young, I didn’t know if I was better off asleep or up
Now I’ve grown up, I wonder what was that world I was dreaming of
What was that world I was dreaming of
What was that world I was dreaming of

Late summer return, airless apartment I lean out the window
Deals on irregular shirts same fright/delight as last year, more so

When I was young, I didn’t know if I was better off with asleep or up
I’ve grown up, I wonder what was that world I was dreaming of
What was that world I was dreaming of
What was that world I was dreaming of.

Oda a mi familia…

… un homenaje a mis seres queridos, a mi familia, los que siempre están y estarán ahí cuando los necesite…

Understand the things I say
Don´t turn away from me
Cause I spent half my life out there
You wouldn´t disagree
D´you see me?, d´you see?
Do you like me?, do you like me standing there?
D´you notice?, d´you know?
Do you see me?, do you see me?
Does anyone care?

Unhappiness, where´s when I was young
And we didn´t give a damn
´Cause we were raised
To see life as fun and take it if we can
My mother, my mother she hold me
She´d hold me, when I was out there
My father, my father he liked me
Oh he liked me, does anyone care?

Understand what I´ve become
It wasn´t my design
And people everywhere think
Something better than I am
But I miss you, I miss
Cause I liked it, cause I liked it
When I was out there
D´you know this?, d´you know?
You did not find me, you did not find
Does anyone care?

Unhappiness, was when I was young
And we didn´t give a damn
Cause we were raised
To see life as fun and take it if we can
My mother, my mother she´d hold me
She´d hold me, when I was out there
My father, my father he liked me
Oh he liked me, does anyone care?

Does anyone care?

«La Republica Electrovoltaica de Tetrodia»

Por muchos años que hayan pasado, por muchos gobiernos que hayan llegado al poder, siempre es lo mismo, siempre son los mismos, siempre hacen lo mismo… Y tan actual como entonces, como buena bruja que era, previó lo que acaba de ocurrir hace un par de días…

«Estableceré la Democracia de la desgracia»

¿A quién dedicarle esta canción?

La de gente en el mundo a quienes podríamos dedicar esta canción de Placebo: muchos políticos, muchos corruptos, muchos banqueros, muchos especuladores, muchos mercados, muchas instituciones, muchas televisiones, muchas emisoras de radio, muchos periodistas… todos aquellos que nos han llevado a la situación de desastre en la que nos encontramos, situación que la mayoría de nosotros no hemos provocado y que sí sufrimos… todos aquellos para los que el poder y el dinero rigen su existencia.

La lista, desgraciadamente, es interminable…

Pues a todos ell@s:

«Oceania» by The Smashing Pumpkins

Un muy muy buen adelanto de su nuevo trabajo… ¡Temazo!

No one can love you

‘Cause no one can free you

Lovers can’t touch you

‘Cause lovers might reach you, yeah

I’m so alone, so alone

but better than a wretched world

better than a broken pearl

I’m so alone, so alone

but better than I ever was

better than a just laid cause

Night may keep you sworn

May bring you stones

Just to touch

The journey’s rest

The warning circumstance

The dreams I had

The dreams I had

and still she’s gone

and still she’s gone

Life may keep the best

[Vocation] best

The dreams I had

The dreams I had

Oh, would I follow you

How could I have ever doubted you

sweet baby, nurture me

sweet lady, if you please

try to wait on me

try to [weigh] on me

try to wait on me

just try to wait on me

try to wait walk the cliffs of your rock nation

find the fate of me

my mistake

as the last remaining soldier

wars take the place of you

lover wait

lover wait in love

try to wait

cast off your indecision

face to face

we breathe

try to wait

cast off your indecision

face to face

we breathe

 

El hambre

El hambre

I.

Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.

Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más bajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.

No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrabais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.

En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

II.

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangula un día
pájaros sin sentir herida la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja los estudios y la sabiduría,
y te quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces sólo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.

«El hambre», El hombre acecha (1939), Miguel Hernández