La Conferencia Episcopal emite una nota orientando el voto, en la que ataca la negociación con grupos terroristas, el matrimonio gay o la asignatura de ‘educación a la ciudadanía’.
El portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, no ha querido hoy cerrar el silogismo del voto católico ante las elecciones del próximo 9 de marzo, pero ha expuesto contundentes razonamientos lógicos para deducir que la aversión episcopal hacia el actual Gobierno y contra el PSOE no tiene remedio. «En España, en estos momentos, hay varias leyes que son gravisimamente injustas y deben ser cambiadas porque lesionan derechos fundamentales», ha dicho el portavoz. Además, ha subrayado que las palabras del cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, el pasado día 30 de diciembre en la masiva concentración de las familias católicas en Madrid, reflejan «lo que opina la asamblea plenaria» de los obispos. Incluso ha ido más lejos. El cardenal García-Gasco dijo en la plaza de Colón que las leyes inicuas y la cultura del laicismo radical conducen a la «disolución de la democracia». Martínez Camino ha añadido hoy que esas leyes, por alejarse de la «recta razón» y de la dimensión moral de la sociedad, «degeneran sin remedio en dictadura, discriminación y desorden», y conducen a una sociedad «desvertebrada, literalmente desorientada, fácil víctima de la manipulación, de la corrupción y del autoritarismo».
¿Qué partidos políticos merecen las complacencias episcopales? Martínez Camino no ha citado a ninguno hoy, pese a la insistencia de los periodistas, pero ha dejado claras las premisas. Incluso ha ironizado sobre el mal menor y el mal mayor, cuando se le ha puesto sobre la mesa las siglas del PP y del PSOE. Ha dicho: «¿El voto por el mal menor? Pues sí. O el voto por el bien mayor, que es la otra cara de la misma moneda. Del voto moral y responsable depende la democracia. No hay democracia sin moral».
Los católicos, ha reiterado, «y todos los que deseen escuchar» a los obispos deben acudir a votar a partidos y programas «compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana». Textualmente, la llamada Nota de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española ante las elecciones generales de 2008, emitida hoy después de más de cuatro horas de debate, afirma que los votantes «para actuar responsablemente» deben tener en cuenta «el aprecio que cada partido, cada programa y cada dirigente otorga a la dimensión moral de la vida» porque, se añade, «la aconfesionalidad del Estado no se debe confundir con la desvinculación moral».
Entre las «consideraciones» de la Nota episcopal para «el ejercicio responsable del voto» los prelados destacan la «defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y la promoción de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer. Asimismo, critican «las dificultades para incorporar el estudio libre de la religión católica en los currículos de la escuela pública» y a la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía que «lesiona el derecho de los padres a formar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones religiosas y morales».
También hacen los prelados una apelación electoral a cuenta de la política antiterrorista, claramente crítica con el Gobierno actual. Dicen: «Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político».
En la nota, los obispos también hacen referencia crítica a los nacionalismos, pese a reconocer «la legitimidad de las posiciones nacionalistas, que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretenden modificar la configuración política de la unidad de España». De inmediato subrayan la necesidad de «tutelar el bien común de una sociedad pluricentenaria» (el subrayado es de la propia nota episcopal) y «superar decididamente las tendencias corporativas y los peligros del separatismo con una actitud honrada de amor al bien de la propia nación y con comportamientos de solidaridad renovada» por parte de todos». Añaden: «Hay que evitar los riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública en favor de pretensiones particularistas o reivindicaciones ideológicas.
Los obispos han aprobado hoy esta nota electoral en la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, integrada por 23 prelados, entre ellos los cardenales Antonio María Rouco (Madrid), Antonio Cañizares (Toledo), Lluís Martínez Sistach (Barcelona) y el ya citado García-Gasco (Valencia). No ha acudido el prelado de Sevilla, cardenal Carlos Amigo. El documento fue redactado en origen por la secretaria general del organismo, que ostenta el jesuita Martínez Camino, desde hace quince días obispo auxiliar de Madrid. Tiene 1.095 palabras y ha ocupado casi cinco horas de debate («entre cuatro y cinco horas», según Camino), mereciendo serios retoques de los reunidos antes de ser votado. Obtuvo 17 votos a favor, uno en contra y un sufragio en blanco. «Unanimidad moral», ha despachado el asunto el portavoz, sin dar detalles.
El portavoz episcopal ha sostenido que la nota ofrece unas 55 orientaciones de voto. Pero las más radicales se refieren a la legislación aprobada por el Gobierno Zapatero en la legislatura que ahora termina. «Es preciso afrontar con determinación y claridad de propósitos», señala citando al Papa Benedicto XVI, «el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la promoción de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social. La legislación debe proteger al matrimonio, empezando por reconocerlo en su ser propio y específico».
También señala que «no es justo tratar de construir artificialmente una sociedad sin referencias religiosas, exclusivamente terrena, sin culto a Dios ni aspiración ninguna a la vida eterna». Apuntan aquí, entre otras cosas, a «las dificultades crecientes para incorporar el estudio libre de la religión católica en los currículos de la escuela pública, así como el programa de la nueva asignatura, de carácter obligatorio, denominada Educación para la Ciudadanía, que lesiona el derecho de los padres -y de la escuela en colaboración con ellos- a formar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales».
En la conferencia de prensa, el obispo portavoz ha llegado a decir que las palabras esposo y esposa, o marido y mujer son «poesía» para el Gobierno socialista porque las ha suprimido el Código Civil al legislar sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. También sostuvo que el derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos en los criterios morales de cada cual han saltado por los aires con la reforma educativa socialista. Cuando un periodista le ha hecho notar que cada padre puede llevar a sus hijos a catequesis en las parroquias para recibir la educación moral católica, el portavoz ha replicado con celeridad: «Por supuesto que pueden. A catequesis y el fin de semana a la sierra. Pero aquí estamos hablando de leyes que lesionan derechos fundamentales de los padres».
Ninguna mención a la negociación con ETA en 2004
Hace cuatro años, en vísperas de las elecciones de 2004, la Conferencia Episcopal Española emitió un documento similar al hoy hecho público para orientar el voto. En aquella nota, Votar es un derecho y un deber, los obispos subrayaban en primer lugar la obligación ciudadana de acudir a las urnas, cosa que no hacen ahora. Los prelados pedían entonces que no se apoyara a formaciones partidarias del matrimonio homosexual, la eutanasia o de ampliar el derecho al aborto. El documento incluía una mención al terrorismo, para rechazarlo incondicionalmente, pero no se hacía ninguna mención a una hipotética negociación con ETA.
Una referencia casi textual de la mención hecha hoy sobre este tema puede encontrarse en cambio en una instrucción pastoral titulada Orientaciones morales ante la situación actual de España que la CEE difundió en noviembre de 2006. En aquella ocasión, los obispos admitían la indulgencia para los etarras que abandonaran la lucha armada pero afirmaban que: «Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político».
www.elpais.es 31.01.08
El Ayuntamiento de Ávila ha propiciado un pelotazo urbanístico de la Iglesia. El Obispado de esta ciudad ha ganado 19 millones de euros al vender unos terrenos rústicos que habían sido recalificados previamente por el gobierno local del PP. La Iglesia ha tapado con este dinero el enorme agujero económico de la Universidad Católica promovida en su día por el Arzobispo Antonio Cañizares y por el entonces alcalde de Avila, Ángel Acebes.
El Obispado de Ávila disponía desde el año 1969 de una inmensa parcela, de más de un millón de metros cuadrados de suelo rústico que puso en manos de la Iglesia su propietaria, la Marquesa de Muñoz, a través de una fundación religiosa que lleva su nombre. Unos terrenos cuyo valor se disparó cuando el Ayuntamiento de Ávila los recalificó para uso industrial en el año 2005.
De esa parcela, el obispado de Ávila vendió casi un millón de metros cuadrados el pasado mes de mayo a la empresa Iniciativas Empresariales Habit S.A. que pagó por ellos 19 millones de euros, según la documentación a la que ha tenido acceso la Cadena SER. El Ayuntamiento de Ávila justificó la recalificación en que la ciudad necesitaba más suelo industrial cuando lo cierto es que el actual polígono de Ávila apenas se ha desarrollado en un 60%. Además con esta recalificación el Ayuntamiento no consiguió ni un solo metro cuadrado industrial público puesto que todos los terrenos siguieron en manos privadas, fundamentalmente de la Iglesia.
El fiasco de la universidad que impulsó Acebes
Con los 19 millones de euros conseguidos en la venta, el Obispado ha saldado la deuda que arrastraba Universidad Católica estimada por sus propios gestores en aproximadamente 1.000 o 1.200 millones de pesetas.La Universidad Católica acumulaba esta deuda desde su creación en el año 1996, una iniciativa liderada por el entonces obispo de Ávila, Antonio Cañizares, y promovida, entre otros, por Ángel Acebes, entonces alcalde de Ávila, y Sebastián González, ahora número tres del Partido Popular y entonces presidente de la Diputación Provincial de Ávila.
www.cadenaser.com 21.01.08
Los terrenos cedidos al Obispado de Ávila eran para financiar misas
El Obispado de Ávila ganó 19 millones de euros al vender unos terrenos rústicos que el Ayuntamiento había recalificado como industriales. Pues bien, según ha podido saber la Cadena SER, la venta vulnera la voluntad de la Marquesa de Muñoz, que fue la que donó los terrenos a la Iglesia para financiar, entre otros fines, tres misas diarias perpetuas en una parroquia de la ciudad. La Marquesa cedió los terrenos para ser arrendados, nunca vendidos, pero el Obispado desobedeció y utilizó el dinero para pagar las deudas de la Universidad Católica de Ávila impulsada por el Obispo Cañizares y el entonces alcalde del PP, Ángel Acebes.
En los estatutos de la Fundación Marquesa de Muñoz, creada en el momento de la donación, se especifica que el dinero que maneje esta entidad provendrá del arrendamiento de los bienes que cede la donante, exclusivamente el arrendamiento, no la venta.
Además los propios estatutos, a los que ha tenido acceso la SER, fijan unos fines a los que se debe dedicar el dinero obtenido, fines concretos y jerárquicos. El primero de ellos es la celebración de tres misas rezadas diarias y perpetuas en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de la ciudad de Ávila. En los propios estatutos se establece que mientras no se cumpla este fin no se puede destinar ningún dinero para los otros, que son un total de seis que incluyen becas para pobres que estudien para sacerdotes, ayudas a vocaciones religiosas, atención a las parroquias pobres de la diócesis y otros, pero en ningún caso se establece que los fondos obtenidos se dediquen a saldar deudas de la Universidad Católica, como se ha hecho, ni a vender los terrenos cedidos por la donante, como también se ha hecho.
La Fundación Marquesa de Muñoz se creó en el año 1969 por deseo expreso de Francisca Muñoz y Frías, Marquesa de Muñoz, en su testamento. En el decreto de erección de la misma se la dota de tres fincas y una casa en la ciudad de Ávila, una de esas parcelas es la que ha vendido el obispado para saldar la deuda de la Universidad Católica. www.cadenaser.com 22.01.08
EL PP RESTA IMPORTANCIA A LA ACUSACIÓN DE ESPECULAR CON SUELO DEL OBISPADO DE ÁVILA
El presidente del PP de Ávila, Antolín Sanz, se mostró ayer «absolutamente tranquilo» ante las acusaciones vertidas desde la Cadena Ser de especulación urbanística en la ciudad. «Me preocupa y me inquieta que una decisión política como un convenio urbanístico aprobado por el Ayuntamiento en el 2005 salga ahora, en campaña electoral», aseguró Sanz, quien pidió a quien haya detectado ese pelotazo que acuda al juzgado.
El Obispado de Ávila ganó 19 millones de euros con la venta a la empresa Iniciativas Empresarias Habit de unos terrenos rústicos que fueron recalificados por el equipo de Gobierno popular. La Iglesia abulense disponía de una parcela de más de un millón de metros cuadrados desde el año 1969 cuando la Marquesa de Muñoz la puso en manos del Obispado. Al parecer, la venta vulneró su voluntad, ya que ella cedió la parcela para financiar tres misas diarias en una parroquia de la ciudad. Además, donó los terrenos para ser arrendados.
En la actualidad, la finca se ha integrado en el Polígono Industrial de Vicolozano, donde «afortunadamente se ha creado una amplia superficie industrial con multitud de empresas y empleos», añadió el presiente de los populares. En el mismo sentido se manifestó José Ángel Domínguez, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Ávila. «Todo lo que sea promover suelo industrial nos parece bien».
(www.nortedecastilla.es, 23/01/08)
El cardenal de la crispación
El arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, recupera en su archidiócesis las formas del nacionalcatolicismo
El arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, se ha convertido en uno de los más feroces azotes del Gobierno. El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, lo ha señalado como uno de los responsables del envenenamiento de las relaciones entre la Iglesia católica española y el Gobierno.
· Una encuesta de la curia constata el alejamiento de los presbíteros
· En sintonía con el PP trató de que el Papa condenara la política del Gobierno
Su forma de gobernar la archidiócesis de Valencia es «la de un pequeño dictador», según refiere en la revista Alandar el sacerdote Juan Ramón Álvarez. También el obispo auxiliar emérito, Rafael Sanus, laminado por García-Gasco, le atribuye «una cierta mentalidad nacionalcatolicista».
El arzobispo, con 76 años, se encuentra al final de su pontificado. Hace un año tuvo que dimitir por razón de edad, pero el Papa le ha prolongado el mandato. Su circunstancia lo requiere: es una pieza clave para el pulso contra el Gobierno socialista.
García-Gasco nació el 12 de febrero de 1931 en Corral de Almaguer (Toledo), donde vuelve cada año a celebrar una misa en sufragio de sus padres, aunque evita referencias sobre sus orígenes familiares. Personas de su pueblo atribuyen ese silencio a un problema por una herencia. Procede de una familia de agricultores conocida como Los Florillos. Con 13 años dejó el colegio de La Salle e ingresó en el seminario en Madrid, y completó los estudios con diplomaturas en sociología industrial, ciencias empresariales y técnicas de educación a distancia. Ordenado sacerdote en 1956, ejerció en las parroquias Cristo del Amor y Santiago, de Villamanta (Madrid). Entre 1958 y 1970 fue asesor religioso del Ministerio de Educación y la Diputación de Madrid: eran los tiempos de Franco.
En la etapa de la Iglesia protagonizada en Madrid por Vicente Enrique y Tarancón -el cardenal aperturista-, García-Gasco fue nombrado vicario episcopal. En aquel tiempo «cuidaba su imagen de tolerante y hasta progresista», según Álvarez. Un vicario episcopal de aquellos años, que prefiere el anonimato, recuerda que «no encontraba corbatas suficientemente grandes y rojas para sus trajes de sastre para aparentar su aperturismo». Pero, según el propio Álvarez, enseguida se le vio «oficiar como incensador del cardenal Ángel Suquía», quien en 1985 lo consagró obispo auxiliar. En 1988 fue nombrado secretario de la Conferencia Episcopal, cargo desde el que se inició como flagelo de los Gobiernos del PSOE y que le permitió ascender a la sede de Valencia.
El 3 de octubre de 1992 tomó posesión de la archidiócesis. Según Álvarez, una vez en la cumbre ejerció «de monarca absoluto». «No quiere colaboradores sino ejecutores», relata Álvarez.
Su falta de tacto le llevó a enfrentarse con todos los estamentos de la diócesis. Según el sacerdote Emili J. Marín, incluso «personas de obediencia ciega a la autoridad han acabado pleiteando con el señor arzobispo». Una encuesta de 2001 de la propia curia concluía que «el alejamiento es cada vez mayor entre gran parte del presbiterado y el Arzobispado y se va agrandando cada vez más».
El arzobispo inició un armonioso maridaje con el PP. «La cosa de Dios se realiza con la ayuda de las instituciones», dijo. García-Gasco alcanzó pronto una fluida relación con el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, a quien organizó actos en plena campaña electoral para atraer el voto católico y de quien recibió cuantiosas ayudas para la Iglesia. Sólo la elaboración de la ley de parejas de hecho, en época del Gobierno del PP, hizo chirriar esta feliz sintonía. El arzobispo la consideró una «utopía marxista» y activó en contra a las asociaciones controladas por el arzobispado. El PP se vio obligado a retrasar la ley y rebajar su contenido.
Las relaciones de García-Gasco con la Generalitat valenciana se intensificaron con la llegada de Francisco Camps a la presidencia -cargo que, a diferencia de sus antecesores, juró sobre la Biblia-. A instancias del arzobispo, Camps impulsó la creación de la Universidad Católica de Valencia, concedió una emisora de televisión autonómica a la Cope -la cadena de radio del episcopado- y multiplicó las ayudas a la Iglesia, hasta alcanzar el 85% del total de las subvenciones e inversiones de la Generalitat destinadas a patrimonio artístico. En contra del criterio de todos los rectores, autorizó una nueva facultad de Medicina para la Universidad Católica, cuyo objetivo es el de «crear médicos para la vida y no para la muerte».
El Ayuntamiento de Valencia, que está tramitando su nombramiento como hijo adoptivo, concedió al Arzobispado la antigua nave de hormigón de la industria química Cross, en la que García-Gasco está construyendo el Santuario de los Mártires Valencianos, en memoria de los 226 beatos valencianos muertos en la Guerra Civil «por el odio a la fe». Asimismo, la Generalitat se involucró en la organización y financiación de la visita del Papa a Valencia con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias. Tanto el PP como la Iglesia valenciana tensaron las relaciones entre el Gobierno de España y la Santa Sede con motivo de este acontecimiento. Trataron de que el Papa condenara en Valencia las políticas familiares del Gobierno. Sin embargo, Benedicto XVI mostró una cautela muy diplomática.
Tanto la constitución de la Universidad Católica como la organización del V Encuentro Mundial de las Familias, calificado en sectores cristianos como «triunfalista, antievangélico y dilapidador», han sido utilizados en Roma por García-Gasco y su entorno político para cumplir su sueño de acceder al cardenalato. Camps se mostró exultante porque era un reconocimiento a su trabajo «excepcional».
Ambas iniciativas y una administración calificada por el propio clero como «pésima», han dejado a la iglesia valentina «exhausta». Con la diócesis «paralizada y convertida en un rebaño sin pastor», según el sacerdote Joan Antoni Comes, el panorama es un mosaico de tantas taifas como parroquias. El desentendimiento y falta de iniciativas, la ausencia de planificación, coordinación y hermandad, con un clero «encerrado cada uno en su parroquia», ha conseguido, no obstante, poner de acuerdo a un colectivo tan diverso en una cosa: el rechazo a un pontificado que califican de «nefasto» y por cuyo fin rezan fervorosamente.
Lapidario del prelado
· «Radio Nacional mantiene en antena programas diabólicos». 15-6-1998–
· «EL PAÍS pretende eliminar de la faz de España a la Iglesia católica» 18-6-1998
· «La madre que dedica toda su persona al crecimiento de sus hijos es el modelo más perfecto de sociedad». 19-3-1999
· «La confusión de nacionalismo y terrorismo procede de la misma ambigüedad de los partidos nacionalistas» 06-6-2002
· «Una oposición a la guerra [de Irak] que ayudara a la estrategia terrorista sería un error moral y político de trágicas e incalculables consecuencias» 23-3-2003
· «El laicismo es intolerante» 17-10-2004
· «TVE es el portavoz en sus informativos de grupos que incitan a la violencia contra el Santo Padre» 23-2-2005
· «El divorcio exprés es un contrato basura: en tres meses a la calle, sin explicaciones» 03-6-2005
· «La LOE es fruto del revanchismo de nacionalistas y separatistas». 17-11-2005
www.elpais.es 13.01.08
El PP expresa «el máximo respeto» por la protesta de la plaza de Colón
El PP se mostró ayer sorprendido por la reacción del PSOE tras la concentración en defensa de la familia católica celebrada el 30 de diciembre en la plaza de Colón de Madrid. Los populares, que tuvieron una participación muy limitada en este acto organizado por los obispos, no tienen intención de sacar más punta al asunto. Sin embargo, Ignacio Astarloa, responsable de Libertades Públicas del PP, defendió ayer la protesta y atacó al PSOE: «Desde el PP queremos expresar el máximo respeto por el acto convocado por la Iglesia Católica, al que se sumaron miles de personas. Y manifestar el asombro a la reacción desmesurada y radical de los socialistas», sentenció.
«Supongo que ante su incapacidad en el tiempo en el que estamos viviendo para hablar de los problemas que hoy preocupan de verdad a las personas, han decidido cargar contra quien deberían en este momento sencillamente expresar el respeto a los derechos de todos», concluyó Astarloa, hombre de confianza de Ángel Acebes, el secretario general del partido. A pesar de esa defensa cerrada, ni Astarloa ni el propio Acebes acudieron a la concentración, en la que participaron unas 160.000 personas.
Perfil bajo
El PP no se ha opuesto públicamente a que el acto se celebrara. Al contrario, muchos de sus militantes, los mismos que han acudido a otras protestas contra el Gobierno, estaban allí. Sin embargo, el principal partido de la oposición ha querido ofrecer un perfil muy bajo en la concentración. Sólo dirigentes muy vinculados a las posiciones de la Iglesia, como Jaime Mayor o Jorge Fernández Díaz, se dejaron ver en la plaza de Colón.
La explicación oficial de esta reducida presencia del PP se basa en que los organizadores dejaron claro que se convocaba a las familias católicas, y no a los partidos ni a organizaciones sociales, al contrario de lo que ocurrió en otras ocasiones, especialmente en las protestas contra el matrimonio homosexual o la ley de educación del PSOE, las dos grandes protestas organizadas por sectores católicos.
En todo caso, Rajoy, aunque católico practicante, ya ha dejado ver en las últimas semanas que no tiene intención de acudir a manifestaciones como la del 30 de diciembre, que puede animar a sus votantes más fieles pero no le permiten ampliar el espacio electoral necesario para ganar los comicios del próximo 9 de marzo. Rajoy no ha ido a ninguna protesta desde la que protagonizó en marzo del año pasado en la misma plaza de Colón junto a los obispos. www.elpais.es 03.01.08
Rouco pide, Benedicto XVI autoriza y los movimientos aportan las masas
Fueron el cardenal Rouco y su animosa corte de colaboradores en el Arzobispado de Madrid quienes idearon la masiva concentración del domingo. Objetivo oficial: reivindicar a la familia cristiana -suele haber jornadas como esta en muchos otros países-. Motivo real: demostrar la fuerza de la Iglesia de Madrid y lanzar la candidatura del cardenal a la presidencia de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en unas elecciones convocadas ya para el próximo tres de marzo.
Rouco presidió la CEE entre 1999 y 2005 (dos mandatos de tres años), pero no pudo repetir un tercero por un voto. Los estatutos le exigían los dos tercios emitidos. Sólo el cardenal Tarancón había logrado esa hazaña. Apeado de la competición, las siguientes votaciones favorecieron al obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, frente al candidato del propio Rouco, Antonio Cañizares (entonces arzobispo de Toledo, hoy cardenal). En marzo próximo, Rouco sólo necesitará la mayoría simple de votos, si Blázquez no obtiene la absoluta antes. No es descartable su regreso al liderazgo episcopal. Se sabe que le gusta.
El apoyo de los ‘kikos’
Rouco por sí sólo no hubiera podido llenar de fieles la plaza de Colón. Se fue a Roma, consiguió el beneplácito de Benedicto XVI -y su compromiso de que hablaría a los concentrados por televisión- y convenció a Kiko Argüello para que se implicase en el empeño. Era más de la mitad del éxito.
El carismático fundador del Camino Neocatecumenal, el movimiento más movilizador de todos los que proliferan en las últimas décadas en Roma, debía un favor a Rouco: el encargo de pintar, novísimo Miguel Ángel, los techos de la catedral de la Almudena. Aceptó. Más: movilizó al resto de los nuevos movimientos. Suelen competir, pero esta vez se unieron: focolares, legionarios de Cristo, comunidad de San Egidio, Renovación Carismática…
Rouco se encargó del resto. Convenció a la Conferencia Episcopal, incluso a su presidente Blázquez, muy reacio a asistir a este tipo de manifestaciones (hubo 42 obispos en la plaza de Colón, sobre 74). Convenció al resto de los cardenales en activo, aunque finalmente dos no acudieron (Martínez Sistach, el de Barcelona, dicen que por enfermedad; y el de Sevilla, Carlos Amigo, que mandó un mensaje grabado). Se reunió en secreto con los católicos del PP (el diputado Jorge Fernández, el ex consejero con Gallardón Carlos Mayor Oreja…). Y no le costó conseguir el apoyo del Foro de la Familia, presidido por Benigno Blanco, ex alto cargo en el Gobierno de Aznar y convocante de las manifestaciones contra el matrimonio entre homosexuales. Sólo fracasó ante el nuncio de Roma, el arzobispo portugués Monteiro. Le invitó a unirse, pero no se presentó.
www.elpais.es 03.01.08
Los ataques de los cardenales en la plaza de Colón de Madrid
– Agustín García-Gasco, cardenal de Valencia- «La cultura del laicismo radical es un fraude y un engaño. Sólo conduce a la desesperanza. Por el camino del aborto, el divorcio expréss y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes no se llega a ningún destino digno del hombre y sus derechos. Por ese camino no se respeta la Constitución y nos dirigimos a la disolución de la democracia.- «Los poderes públicos deben proteger y defender la familia, nunca socavar sus fundamentos. El Parlamento Europeo, inspirador de legislaciones sobre la familia, debería tomar buena nota de estas manifestaciones, expresión de la auténtica cultura europea». –
Antonio Cañizares, cardenal primado de Toledo- «La familia es la institución social más valorada, pero está siendo sacudida en sus cimientos por graves amenazas, incluso con legislaciones inicuas e injustas».-
Antonio María Rouco, cardenal de Madrid- «[En España] el ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto a lo que la Declaración de Derechos Humanos reconocía: que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser reconocida».- «Con la suerte de la familia está y cae la suerte del hombre mismo y el presente y el futuro en paz de la sociedad y de los pueblos; también el presente y el futuro de España y de Europa.»- «Existe un medio ambiente cultural y social, en crecimiento continuo, donde se relativiza radicalmente la idea misma del matrimonio y de la familia y se fomentan desde las edades más tempranas prácticas y estilos de vida en las relaciones entre el varón y la mujer opuestos al valor del amor indisoluble y al respeto incondicional a la vida desde el momento de su concepción hasta la muerte natural».- «La experiencia diaria nos enseña lo que sucede a las personas y a las sociedades cuando no construyen el matrimonio y la familia sobre el fundamento sólido de la institución divina: vidas rotas por la separación irreversible entre los cónyuges, sufrimientos, desorientación y desamparo en los niños y los jóvenes afectados por la ruptura familiar, la plaga del aborto, el envejecimiento imparable de la población…».
www.elpais.es 02.01.08
Por la familia, pero sólo la cristiana
La jerarquía católica arremete contra las leyes de Zapatero ante 160.000 fieles
«A la desesperanza por el camino del aborto y el divorcio exprés». «A la disolución de la democracia». Y en dirección contraria «a la Declaración Universal de los Derechos Humanos». A eso se dirige España por culpa del Gobierno socialista, en opinión de los obispos españoles, que ayer convocaron en el centro de Madrid a decenas de miles de fieles -dos millones según los organizadores, 160.000 según el cálculo de este periódico- para reivindicar «la familia cristiana» y arremeter contra el Ejecutivo, sin citarlo. El papa Benedicto XVI los saludó a todos, en directo, desde el balcón de san Pedro del Vaticano.
· García-Gasco: «El laicismo radical lleva a la disolución de la democracia»
· Cañizares: «La familia está siendo sacudida por legislaciones inicuas»
· Rouco «[La ley] ha dado marcha atrás respecto a los derechos humanos»
· Redes Cristianas ha criticado el acto y la «visión estrecha» de la jerarquía católica
La política estuvo mucho más presente en la tribuna de oradores -un escenario de 40 metros en la plaza de Colón, presidido por un crucifijo gigante y ocupado por medio centenar de cardenales, obispos y representantes de movimientos católicos- que en el auditorio; a pie de acera, tomada por grupos de padres, hijos y abuelos -como mandaba el espíritu de la convocatoria-, no hubo gritos contra el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque, entre cánticos y oraciones, muchos se declaraban preocupados por los mismos «ataques» a la «institución familiar» que los obispos iban denunciando en sus discursos: la ley de matrimonio homosexual, la de investigación biomédica, la del aborto -que no ha sido aprobada ahora sino en 1985, y que ningún Gobierno ha tocado- y, por encima de todas las anteriores, la del divorcio exprés, la que más rechazo parecía generar.
El más apocalíptico entre los purpurados fue Agustín García-Gasco, cardenal de Valencia, que auguró «la disolución de la democracia» si prosigue «la cultura del laicismo radical»: un «fraude» que «no respeta la Constitución» y «conduce a la desesperanza por el camino del aborto, el divorcio exprés y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes», en referencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Antes de él había hablado Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, para subrayar que «el matrimonio y la familia son el centro neurálgico de la humanidad»; pero no cualquier familia sino en concreto la cristiana, que corre el peligro de «difuminarse» ante los nuevos modelos de familia. Éstos no sólo no son el centro de la humanidad sino que están dando lugar a leyes que son «ataques de gran calado», añadió el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares.
«La familia, pese a ser la institución social más valorada, está siendo sacudida en sus cimientos, incluso con legislaciones injustas e inicuas», dijo Cañizares. Y señaló el principal «problema social» en el que debe volcarse la Iglesia católica hoy: «La salvaguarda del matrimonio».
«Hoy la familia se siente acosada: se promueve el aborto y la anticoncepción, las familias se rompen apenas formadas…», clamaba en el estrado Francisco Ayuga, presidente diocesano de Acción Católica. Y en la calle dos mujeres asentían: «Cuando hay crisis en el matrimonio hay que dar oportunidades a la reconciliación, no empujar al divorcio». «Gays siempre hubo, qué le vamos a hacer. Que vivan juntos, pero nada de llamarlos familia», se escuchaba en otro grupo.
Aunque también había padres mucho más preocupados porque «el respeto se está perdiendo en las aulas» que por las leyes de Zapatero: «Eso de las leyes es lo de menos, de verdad. Lo importante es la educación, eso sí crea o rompe vínculos», murmuraba José Antonio rodeado por sus cuatro hijos.
Por fin se produjo la conexión con Roma, apareció Benedicto XVI en una pantalla de 25 metros cuadrados y cientos de padres levantaron en hombros a sus hijos -sepultados hasta entonces entre las rodillas de los adultos- para que lo vieran bien. El Papa animó a los cristianos a trabajar «por la familia y el matrimonio» y dijo que los padres tienen «la obligación» de educar a sus hijos en la fe.
Después de eso se sacó en procesión a la imagen de la Virgen de la Almudena, Kiko Argüello (fundador del Camino Neocatecumenal) cantó desde el estrado con su guitarra y, finalmente, tomó la palabra Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid. «El ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto a lo que la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas reconocía: que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida». No se protege, según él, porque con «las leyes vigentes» se «relativiza radicalmente la idea del matrimonio» y «se fomentan desde las edades más tempranas prácticas y estilos de vida opuestos al valor del amor indisoluble».
La concentración se disolvió a las tres horas de iniciarse. Y empezaron las críticas: IU lo tachó de «acto de precampaña del PP» (la dirección de ese partido no asistió como tal, aunque sí lo hicieron algunos cargos del PP como el diputado Jorge Fernández Díaz y el ex ministro Jaime Mayor Oreja) y la Federación de Gays y Lesbianas acusó a los obispos de despreciar la convivencia. Desde el seno de la Iglesia, el colectivo de base Redes Cristianas denunció la «visión estrecha» de la jerarquía católica. www.elpais.es 31.12.07.