Bibliotecas abandonadas

Fascinantes (y dramáticas) fotos de bibliotecas abandonadas

Los espacios abandonados se han convertido en un tipo de lugar que genera cada vez más interés, ya que hay quienes se lanzan a hacer una suerte de turismo de ruinas y se adentran en estos lugares y los fotografía. Podemos entender su atractivo. Hay cierto halo fascinante en las ruinas. Entre los espacios que han sido abandonados también hay bibliotecas, que tienen un punto triste (no nos gustan los libros olvidados) pero también fascinante.

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La biblioterapia

Poecraft Hyde


¿Qué es la biblioterapia?

La biblioterapia es un método terapéutico que utiliza el libro y la lectura con fines curativos y que se basa en la idea de que los materiales bibliotecarios, incluidos los electrónicos, pueden ejercer un efecto positivo en la recuperación de enfermos físicos y mentales. No es un término unívoco, aunque sí el más usado en los sistemas de recuperación de la información, sino que podemos encontrarnos con otros de significado igual o parecido como bibliorientación, terapia de lectura (en los países anglosajones), bibliodiagnóstico (los libros se utilizan como técnicas para la evaluación psicológica) biblioprofiláxis (los libros se usan con propósitos preventivos), biblioteconomía clínica, terapia literaria o videoterapia, cuando las películas se utilizan como parte de la psicoterapia.

La biblioterapia es un método de carácter interdisciplinar que se sirve de la psicología para entender la conducta y procesos mentales de las personas, de la psiquiatría para evaluar…

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Yooou | Tuuu Librería

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Tuuu Librería constituye la primera librería en España en la que los libros tienen el valor que cada uno considere: cada persona elige libremente el donativo que desea aportar por los libros que se lleva.

El objetivo de este proyecto es facilitar el acceso a la lectura a todo el que lo desee y, por consiguiente, contribuye a mejorar la formación de los beneficiados.

Parte de los beneficios de la librería se emplean en enviar libros y material escolar a colegios de la Comunidad de Madrid y a países de América Latina.

Horario de la librería de Covarrubias: Todos los días abierto de 12 de la mañana hasta las 8 de la tarde, incluído festivos.

Dirección en Madrid: C/ Covarrubias 38 (Metro: Bilbao / Alonso Martínez)

Más información: http://www.yooou.org/proyectos/tuuu-libreria/

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Recuerdos de una librería, George Orwell

Recuerdos de una librería, George Orwell

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Cuando trabajé en una librería de viejo –establecimiento que se suele imaginar, cuando no se trabaja en él, como una especie de paraíso en el que unos encantadores caballeros de edad curiosean entre infolios encuadernados en piel-, lo que más me llamó la atención fue la escasez de personas realmente aficionadas a los libros. Nuestra tienda tenía un surtido de interés excepcional, pero yo dudo que el diez por ciento de nuestros clientes supiesen distinguir un libro bueno de uno malo. Eran mucho más numerosos los esnobs de las primeras ediciones que los amantes de la literatura; más numerosos aún eran los estudiantes orientales que regateaban por los libros de texto baratos, y las más numerosas eran mujeres despistadas que querían un regalo para el cumpleaños de un sobrino […].

La verdadera razón por la que no quisiera pasar mi vida vendiendo libros es que, cuando lo hice, perdí el amor que les tenía. Un librero se ve obligado a mentir sobre los libros, y esto le provoca aversión hacia ellos. Y peor aún es el hecho de estar constantemente quitándoles el polvo y acarreándolos de aquí para allá. Hubo un tiempo en que me gustaban los libros; me gustaba verlos, tocarlos, olerlos, sobre todo si tenían más de cincuenta años. Nada me agradaba tanto como comprar un lote de ellos por un chelín en alguna subasta de pueblo. Hay un encanto especial en los viejos e inesperados libros que forman esas colecciones: poetas menores del siglo XVIII, antiguos gaceteros, volúmenes sueltos de novelas olvidadas, ejemplares encuadernados de revistas femeninas de la década de los sesenta. Para la lectura de los ratos perdidos –en la bañera, por ejemplo, o por la noche, cuando uno está demasiado cansado para acostarse, o en el cuarto de hora libre de antes del almuerzo-, no hay nada como un número atrasado del Girl’s Own Paper. Pero tan pronto como entré a trabajar en la librería dejé de comprar libros. Vistos en masa, cinco mil o diez mil a la vez, me resultaban aburridos e incluso levemente repulsivos. Ahora compro alguno, de vez en cuando, pero sólo si es un libro que deseo leer y que no puedo pedir prestado, y nunca compro libros antiguos. El delicioso olor del papel viejo ya no me atrae. Lo tengo asociado con los clientes paranoicos y con las moscardas muertas.

George Orwell
Recuerdos de una librería
Fortnightly, noviembre de 1936

Foto de Topher Hackney

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